EMILE CIORAN
E.M. Cioran no se consideraba un filósofo en el sentido ortodoxo del término, ni siquiera escritor.
Provocador a ultranza, este pensador rumano animó durante su vida
innumerables controversias contra lo establecido, contra las ideas
constituidas en norma o dogmatismo. Fascinado por instaurar un
pensamiento a contracorriente, en el cual el cinismo tiene un lugar
preponderante, escribió su obra aforística sin concesión alguna. Entre Diógenes de Sinope «el Cínico» y Epicuro de Samos, funda una filosofía en el siglo XX, afín a la de esos filósofos helenísticos, donde la amargura era sublimada por la ironía.
"Señor, dame la facultad de no rezar jamás, líbrame de la insania de toda
adoración, aleja de mí esa tentación de amor que me entregaría para
siempre a Ti. ¡Que el vacío se extienda entre mi corazón y el cielo! No
deseo ver mis desiertos poblados con Tu presencia, mis noches
tiranizadas con Tu luz, mis Siberias fundidas bajo Tu sol.
Más solitario
que Tú, quiero mis manos puras, a diferencia de las tuyas, que se
ensuciaron para siempre al modelar la tierra y al mezclarse en los
asuntos del mundo. No pido a Tu estúpida omnipotencia más que respeto
para mi soledad y mis tormentos. No tengo nada que hacer con tus
palabras; y temo la locura que me las haría escuchar.
Dispénsame el
milagro recoleto de antes del primer instante, la paz que Tú no pudiste
tolerar y que te incitó a labrar una brecha en la nada para inaugurar
esta feria de los tiempos, y para condenar así al universo, a la
humillación y la vergüenza de existir."
No hay comentarios:
Publicar un comentario