Bodas en Zurumucapio
Años anteriores cuando el novio se robaba a la novia, al día siguiente era obligación presentarse ante las autoridades, directamente con el juez de la comunidad, este se encargaba de buscar donde depositar a la novia y en cuanto al novio quedaba arrestado debiendo desempeñar, la labor de hacer mandados al juez mientras se llegaba el día para cazarse después de estos, los papas del joven tenían que ir al perdón, estando presentes los familiares tanto del novio como de la novia acordando así entre todos la fecha para el casamiento y otra fecha en que se llevaría la pakaracua donde se llevarían los papas y parientes del novio vino, pan y chocolate para celebrar de conformidad el acuerdo de la fecha para el casamiento.
Llegaba la fecha de la boda, se le daba la bendición a los novios que es hasta nuestros días en casa de los papas de la novia y se le llamaba día de Karnáperacua.
En el baile de la noche de bodas, dentro de la música, destacaba el canario, que se le hacía la novio para que bailara, tomara y recibiera los regalos de todos sus familiares que van en ramas cecas forradas con pan y dulces y que siempre se acompañan musicalmente de abajeños purépechas.
En aquellos tiempos los novios tenían que trasladarse a los pueblos de Ziracuaretiro o Tingambato. La mamá de la novia se encargaba de comprar la ropa para la novia en ese día, y los papas del novio comprar una res para el día del casamiento. Algunas veces que los novios les tocaba trasladarse a Tingambato, el novio iba descalzo pues paso que alguna vez los zapatos que le prestaron no le quedaron y ya de regreso sus familiares lo esperaban con música a la entrada del pueblo, el papá del novio tenía que conseguir cuatro caballos dos para los novios y los otros dos para los padrinos y era así como entraban acompañados de la banda de música.
Cuando se casaban por el civil en Ziracuaretiro, una vez ya casados los novios, las cuñadas le compraban fruta a la novia y a esto se le conocía como Tiristikua. Asistían los parientes de los novios y los padrinos con la música y cuetes bailaban el toro para ir posteriormente a la casa del novio y de ahí a la casa del padrino, todo esto sucedía en la noche, terminando todo esto en una gran borrachera de los parientes de los novios y los padrinos.
Al siguiente día la novia tenía la obligación de llevar atole de blanco (atole de maíz) a los padrinos y el novio por su parte llevar un tercio de leña de encino, los siguientes 8 días los padrinos se llevaban a los novios a su casa y ya pasados estos días los regresaban con suficiente losa (ollas, cazuelas, platos de barro) a la casa del novio donde los esperaban con atole de leche y nacatamales, esta tradición tiene aproximadamente 200 años.
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