MUCHOS AÑOS DESPUES.
LO QUE ACONTECIÓ; A
raíz de la conquista el territorio se vio invadido, por los hombres blancos;
que eran los españoles, los cuales tenían el poder de ordenar y e adueñarse de
lo que ellos quisieran, se valían de la
fuerza de sus armas, para hacer
obedecer, con estos hombres blancos llegaron los evangelizadores los cuales
eran muy pocos pero aun así le resultaron presa fáciles los indígenas. Muchos
de ellos lograron escapar hacia los cerros las barrancas con la intención de
salvar sus vidas y preservar su
libertad.
Nuño de Guzmán, al
ver las atrocidades que estaban cometiendo con su gente, dicto la orden de que todos
los pobladores que se hallaren escondidos, saliesen a terrenos planos y abiertos, para poderles brindar su protección,
para lo cual se dio un plazo, para que esta orden fuera complica, y
evidentemente el señorío de Pomoacuaran no podía dar cumplimiento a tal
disposición, por la razón natural de que los acogidos en un cerrito de su
jurisdicción carecían de territorio propio
done poder asentarse.
Los oficiales del
gobierno Español recurrieron a los misioneros Franciscanos que se estaban
fincando en charapa, les insistieron en que buscaran juntos una solución.
Los misioneros
accedieron y en efecto, buscar una
solución. Buscando así un sitio los cuales Quinceo, Pomoacuaran, Ahuiran, les
solicitaron que cedieran el mencionado terreno a los Tékecha recientemente
avecinados en cercanías de Pomoacuaran. El predio era de derramadero de las
crecientes que bajaban del cerro Grande con una consistencia arenosa y bastante grava, y no teniendo otra
vegetación que matorrales, no presentaba no presentaba interés alguno para sus
dueños. Y desde entonces ese es el asiento del pueblo de Paracho.
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