martes, 22 de octubre de 2013

Motivación a la subida del Cerro el Chicol


Tratamos de motivarles para que sigan adelante, solo que en momentos si es algo pesado hacer la cuesta arriba, también para nosotros los profes, pero claro que no lo demostramos para que ellos, no sientan el desánimo.

En realidad el paseo se vuelve muy motivador, cuando nos encontramos en la cima, del serró, volteas hacia abajo y te preguntas, en realidad lo pude hacer, agradable de verdad lo que percibes, ya después de descansar y platicar de cómo nos fue, empieza la fiesta ya alguien por ahí trae música, empieza a desfilar la comida, que tortas, los taquitos, el agua, el refresco, y enseguida, los profes empezamos, hacer el fuego para calentar, comida o azar algún bistec.

Los muchachos se emocionan, y luego dicen vamos a traer elotes de los que mi tío sembró o algún hermano o pariente, imagine usted la fiesta que se arma riquísimo, de verdad no hay palabras para describir mejor lo mucho que aprehendemos de los muchachos-as.

Después de la gran comida, nos pasamos al otro extremo del serró, la  parte que está del lado izquierdo el serró, se fracciona en tres partes, la de en medio es la más alta y la de izquierda y derecha hay que bajara más para llegar a donde se encuentran las piedras arqueológicas.



Los muchachos toman, nota sobre la explicación de los maestros el tipo de piedras labradas que se encuentran en la sima del serró, su interés es muy bueno, hacen muchas preguntas, en si el paseo es referido, sobre una clase de campo. Los muchachos- as le sacan mucho provecho, para sus clases referentes a las asignaturas de historia y otras áreas.

De verdad es mucho lo que hay para narrar sobre este lugarcito tan escondido, en la parte de Michoacán, con una grande historia y una gran trascendencia de su gente.

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