¿Ser fiel en nuestro tiempo es
fácil?
La palabra fiel tiene un
significado muy claro: hace referencia a dar cumplimiento a las promesas
realizadas, además que juega un papel muy importante dentro de una familia, ya
que de ahí surgen muchos problemas que afectan a los integrantes de la familia.
Es por eso que ser fiel es muy sencillo, aunque muchos no lo crean así. ¿Por
qué hago tal afirmación?, porque cumplir lo que prometes no es difícil, lo
importante es tener mucho cuidado con lo
que prometes. En el caso de innumerables parejas, cada uno de sus miembros deja
que las "reglas sociales" sean las que marcan sus promesas, esto es
un evidente y desafortunado error; ya que es muy común que cada uno de nosotros
provenga de estilos de crianza muy diferentes; es así que suceden cosas como
esta: Ella, que proviene de una familia monógama y estable, supone, que él
supone, que es de suponerse, que ambos van a ser exclusivos tanto física,
económica, sexual, intelectual y hasta emocionalmente; mientras; tal vez él,
que proviene de una familia en donde el hombre tiene prerrogativas como
"aventuras sexuales con otras mujeres, que no afectan a la relación de
pareja"; él, simplemente va a suponer, que ella supone, que es de
suponerse, que el hombre puede "tirar una cana al aire" y no por eso
va a cometer infidelidad. Este tipo de diferencias revisten gran importancia en
la relación de pareja; pero muchas veces el error no se encuentra ahí, el error
se encuentra en que en ningún momento la pareja especificó este tipo de
cuestiones; es decir, en ningún momento (las parejas) se sientan a clarificar
las expectativas que cada uno tiene respecto a la relación que sostienen; esto
por supuesto trae como consecuencia que cada uno funcione bajo un contrato diferente
(una serie de promesas diferentes) que cada uno procura cumplir, pero además,
que ¡cada uno espera que su pareja cumpla! No es poco frecuente encontrar en
consulta psicológica a personas que están decepcionadas de su pareja debido a
que "cometió infidelidad"; se sienten además traicionadas y muchas
veces deciden (arbitrariamente y sin mucha reflexión), terminar con la
relación. En muchas ocasiones la "infidelidad" que observó la persona
puede estar relacionada con que la pareja -"volteó a ver a otro (a)
mientras estaba conmigo". Esto puede parecer exagerado, pero no lo es,
existen personas cuyo concepto de fidelidad incluye no sólo las
"acciones", sino los ¡pensamientos! Y están dispuestos a convertirse
en "policía" de los pensamientos, palabras, obras y hasta los sueños
de la pareja. Cuando se han especificado las expectativas de cada uno, se ha
realizado el primer paso para poder ser fiel, pero no es el único; el siguiente
paso tiene que ver con una negociación, ya que es probable que uno de ellos solicite
al otro acciones que este último no pueda o no quiera cumplir; por ejemplo,
ante la petición -"Luis, no quiero que salgas con mujeres, por muy tus
amigas que sean, mucho menos quiero que las saludes de beso, es más me
molestaré contigo si las saludas (aunque sea de lejos) cuando estés
conmigo" (Esta petición es muy común; en muchos casos no se hace de manera
tan específica, sino se hace con las reacciones y acciones en las situaciones).
La pregunta es: ¿qué pasa si Luis no está dispuesto a acatar esta petición,
sugerencia u orden? ¿qué pasará si Luis la acata en contra de su voluntad? ¿qué
pasará si Luis decide sólo acatarla cuando esté presente su pareja, pero cuando
no esté presente haga todo lo contrario? Todo esto es bastante complejo, pero
lo que es sencillo de determinar es que Luis será infiel en el momento que
prometa una cosa que no va a cumplir en su totalidad. Por lo tanto, la
negociación es uno de los pasos más importantes, además de dificultosos y
complejos, ya que debe lograr que ambas partes lleguen a un acuerdo y ambas
sientan que ganaron en la negociación. ¡Es muy triste ver que en este punto
muchas parejas se atoran, o peor aún, que muchas parejas
"aparentemente" negociaron, y en realidad lo que hicieron fueron
imposiciones arbitrarias (muchas veces basándose en tradiciones, costumbres o
reglas añejas que pueden ser inoperantes para la pareja)! Si se logra una
adecuada negociación, entonces tendremos un Contrato de Pareja (uno único,
específico y adaptado a nuestras necesidades particulares como pareja única,
específica y particular). El contrato de pareja puede llegar a quedar así:
Ambos convenimos que: -"Tú Alicia y yo Luis, podemos salir con quien
queramos (hombres y mujeres), mientras no se dé una relación cercana emocional
y física con otra persona."o puede quedar así: -"Tú Alicia y yo Luis,
vamos a estar juntos todo el tiempo, no nos vamos a relacionar con nadie, sólo
podemos salir con amigos cuando vamos los dos, no podemos voltear a ver a otras
personas, ni mucho menos decir que son atractivas; somos exclusivos
psicológica, física, social, económica y por supuesto sexualmente”. O puede
quedar así: -"Tú Alicia y yo Luis, podemos salir con cualquier persona, no
somos exclusivos ni física, ni emocionalmente, por supuesto tampoco sexualmente,
pero sí socialmente, así que nuestras "aventuras" las tendremos de
manera discreta de tal manera que ante nuestra familia, amigos y sociedad en
general, somos una pareja que tiene planes en común como la crianza de nuestros
hijos". o puede quedar así:-"Tú Alicia, eres completamente y
exclusivamente mía; mientras yo Luis puedo compartirme con quien yo quiera, ya
que como hombre en esta relación, lo único a lo que me comprometo es a llegar a
dormir todas las noches a casa, nunca te voy a dejar, nunca te va a faltar el
sustento y por último, debes cuidar de mí el resto de nuestras vidas". Las
posibilidades son infinitas, los contratos que cada uno realizamos dependen
única y exclusivamente de ambas partes, por lo tanto, cada contrato debería
quedar especificado en términos muy concretos y detallados, ya que al
mutuamente estar enterados, y al haber aceptado las condiciones, entonces
estamos en posición de poder ser fieles, porque lo que prometemos así:
CONSCIENTEMENTE, así: LÍBREMENTE, no lo sentimos como una OBLIGACIÓN sino como
una tarea que uno mismo ha determinado hacer. (Es muy diferente decir:
"Tengo qué ser fiel", a "Quiero ser fiel"). Por supuesto,
somos seres falibles, y cuando rompemos nuestras promesas, entonces sí, debemos
asumir el cargo de llamarnos a nosotros mismos INFIELES.
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