Se consideran valores humanos universales, la
honestidad, la responsabilidad, la verdad, la solidaridad, la cooperación, la
tolerancia, el respeto y la paz, entre otros. Sin embargo, puede resultar útil
para facilitar su comprensión, clasificar los valores de acuerdo con los
siguientes criterios:
• Valores personales: Son
aquellos que consideramos principios indispensables sobre los cuales
construimos nuestra vida y nos guían para relacionarnos con otras personas.
• Valores familiares: Se refieren
a lo que en familia se valora y establece como bien o mal. Se derivan de las
creencias fundamentales de los padres, con las cuales educan a sus hijos. Son
principios y orientaciones básicas de nuestro comportamiento inicial en
sociedad. Se transmiten a través de todos los comportamientos con los que
actuamos en familia, desde los más sencillos hasta los más “solemnes”.
• Valores socio-culturales: Son
los que imperan en la sociedad en la que vivimos. Han cambiado a lo largo de la
historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales.
Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en
muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas.
• Valores materiales: Son
aquellos que nos permiten subsistir. Tienen que ver con nuestras necesidades
básicas como seres humanos, como alimentarnos o vestirnos para protegernos de
la intemperie. Son importantes en la medida que son necesarios
• Valores espirituales: Se
refieren a la importancia que le damos a los aspectos no-materiales de nuestras
vidas. Son parte de nuestras necesidades humanas y nos permiten sentirnos
realizados. Le agregan sentido y fundamento a nuestras vidas, como ocurre con
las creencias religiosas.
• Valores morales: Son las
actitudes y conductas que una determinada sociedad considera indispensables
para la convivencia, el orden y el bien general.
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