Epoca colonial
En este apartado se cuenta también con dos versiones, a primera es la continuación del capítulo encontrado en el periódico La Voz de Michoacán: “A la llegada de los españoles, los centros de población purhépecha más importante eran entre otros: Tingambato, Tancítaro, Aranza, Pomacuarán, etc., y en la periferia de la meseta estaban Zurumucapio, Coro, Peribán, etec. Para este tiempo, el cacique de Zurumucapio es don Juan Puruata que fue principalísimo conquistador de Jalisco, fue hijo de don Domingo Puruata, señor del mismo Zurumucapio que ayudó también a los españoles en sus conquistas, acometiendo empresas a muy nobles y señalados. Delfina López Serrelangue nos habla de don Domingo Puruata que ayudó por el año de 1531 a los españoles en las conquistas por Jalisco y que probablemente los que recibieron a los conquistadores en Taximaroa, junto con don Pedro Cuiniarángari, la conquista espiritual de Zurumucapio estuvo a cargo de los agustinos quienes primeramente erigieron el convento de Zirosto, algunas de cuyas visitas eran a Tingambato y Zurumucapio, desde los primeros años de su llegada quedaron hasta 1581 en que Tingambato fue convertido en priorato, asignándosele las visitas de San Ángel, Taretan y Ziracuaretiro. Bravo, Ugarte, en su historia sucinta, nos habla de que para 1626 la provincia franciscana tenía 34 guardianías y posteriormente se construyeron otros conventos, de que nos hablan los cronistas, entre los que se encuentra el de San Ángel (Mich), y continúa diciendo que Juan Espinoza cierra la serie de los grandes franciscanos de Michoacán en esa época con su obra de San Ángel (Mich), que trazó, fundó y levantó desde sus cimientos, aunque no debe tratarse de Zurumucapio, pues al parecer los franciscanos no estuvieron por estos rumbos. A la iglesia de Zurumucapio se le dio como patrono a San Miguel Arcángel, por ese tiempo fue adquirida la imagen patronal que hasta nuestros días prevalece; es por ello que a partir de los primeros años de la evangelización y hasta hoy se le conoce como San Ángel Zurumucapio. Hacia 1664, adquiridas las pinturas de san Juan Bautista y la virgen de Guadalupe. Durante estos primeros años de la Colonia sus principales personajes son los Puruata, que a la muerte de don Antonio Huitziméngari, lo deja como tutor de su hijo don Pablo Huitziméngari y caltzontzin, quien gobernó Patzcuaro por cuatro años ayudado por aquel. Don Juan Puruata se casó con la viuda de don Antonio Huitziméngari, por lo que muchas de las propiedades de éste pasaron a sus manos convirtiéndose en uno de los principales personajes de la provincia. En nuevas nupcias se casó con doña Juana de Abrego y Castilla, quien favoreció mucho a los jesuitas y a su llegada a Michoacán en 1575 y a quien donaron la hacienda de Taretan, así como tierras de otras comunidades, para 1581, encontramos a don Juan Puruata como gobernador de Patzcuaro en cuyo año se levantaron las descripciones geográficas y él fue el principal informador sobre la situación que guardaba la ciudad y su contorno, de quien se decía que era un hombre muy ladino en la lengua castellana y que tiene entera noticia de las cosas tocante a la dicha descripción. Debió morir de muy avanzada edad, pues para 1632 aparece como testigo en el testamento de don Fernando Titu Vitziméngari. Del matrimonio Puruata Castilleja nace doña Inés de Castilleja, quien logro que se le reconociera sus méritos de nobleza con las extensas propiedades, pero en 1606 vendió parte de su patrimonio materno y paterno que tenía en Ihuatzio y Zurumucapio, en que sustentaba su cacicazgo, que se le reconocía sobre esta última población. Con la llegada de los jesuitas a la región y habiéndose hecho cargo de la Hacienda de Taretan, que les había donado doña Juana de Abrego y don Juan Puruata, comenzó el desarrollo de la hacienda y el deterioro de la importancia de Zurumucapio, pues a los pocos años comenzó a sentirse la influencia de los hacendados y a disminuir las tierras comunales de los indígenas, más porque se nos dice que el priorato al que pertenecía, como era el de Rodrigo de Mendoza, criollo nacido en Patzcuaro, a quien como prior le dieron tierra en Taretan y lo animaron a que sembrara caña, con tan buen talento que hizo mucho bien a todos los pobladores, que lo querían mucho. Las cosechas fueron tan importantes que Basalenque dice que en 1625, el trapiche que montara el fraile en un trienio dio 21 mil horros. Aún en principios del siglo XVII había caciques adinerados en Zurumucapio, cuyas tierras estaban no sólo en sus alrededores sino en otros lugares, muy distantes, pues López Sarelangue nos dice que en 1606 don Domingo Puruata, principal de Zurumucapio, con doña Ana Echu, hacen merced de las tierras que poseen en Acámbaro a un vecino de Patzcuaro. Los datos que nos traen sobre San Ángel Zurumucapio, hacia 1645, nos hablan de que tiene veinte y cinco vecinos, es un pueblo de Tingambato. Lo administran los agustinos. Tiene hospital con sementeras que hacen los naturales. Seguramente que el hospital había sido construido en el siglo anterior, cuando se hace la mayor parte de estas fundaciones, al que le han asignado sementeras para su sostenimiento por parte de las autoridades del lugar, como nos lo hace ver la noticia anterior.
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