viernes, 25 de octubre de 2013

SIGLO XIX

Zurumucapio inicia el siglo XIX perdiendo la mayor parte de sus tierra comunales a manos de los terratenientes y hacendados, como lo vimos anteriormente, aunque también participando de la ideas libertarias de Hidalgo y Morelos, a cuyo movimiento independentista se afiliaron la mayoría de la comunidades michoacanas, sobre todo porque en el rumbo se mantuvieron un mayor tiempo las autoridades insurgentes como veremos a continuación. Habiendo iniciado Hidalgo las luchas de independencia en 1810, numerosos habitantes de la intendencia de Valladolid le siguieron a su paso por la entidad, o siguieron a Morelos en sus luchas por la parte sur de la Nueva España. Sin embargo, en los terrenos de Uruapan y sus alrededores, hubo gran movimiento de identificación con la causa libertaria, por lo que los jefes insurgentes se sentían entre amigos en sus recorridos por estos rumbos como nos encontramos a Ignacio López Rayón llegando a Taretan el 23 de julio de 1813, provenientes de Tomendán, y es recibido con gran júbilo por los habitantes del contorno, de donde se dirigió rumbo a Tingambato; pasando por los alrededores de Zurumucapio, quien recorría a Michoacán, en pos de afianzar el poder obtenido y ostentado el cargo de presidente de la Junta Nacional Americana, primer forma de gobierno que se dio en nuestro país. Durante su recorrido, hizo desde Zitácuaro hasta Ario y Taretan, regresando por Tingambato, Erongarícuaro, Zacapu, Puruándiro, siempre fue bien recibido por los habitantes de los diferentes pueblos de visitó. Al poco tiempo llegó también Morelos y después de la proclamación de la Constitución de Apatzingán, el 22 de octubre de 1814, e instaurado el Supremo Tribunal de Justicia en Ario de Rosales, el congreso y los poderes de la nación se vieron asediados por las huestes realistas y tuvieron que retirarse los poderes de estos lugares se establece en Taretan la Junta Subalterna, que duró en vigor hasta 1817, cuando tuvo que salir de allí y emigrar a otros lugares hasta desaparecer totalmente. Ya con el triunfo del Plan de Iguala, el Ejército Trigarante proclama la independencia de México, se comienza a decretar las leyes respectivas para el gobierno, entre las que se encuentra la de división territorial de 1831, que con fecha 10 de diciembre entró en vigor, quedando San Ángel Zurumucapio como una tenencia del municipio de Taretan, del partido del mismo lugar y del Departamento del Sur. Martínez de Lejarza en su Análisis Estadístico de la Provincia de Michoacán, en 1822, describe a Zurumucapio como “un pueblito de la sierra y camino de Tingambato a Uruapan, distante del primero tres leguas al sur y cinco al norte de su cabecera (Taretan); muy ameno, aunque frío. Produce chirimoyos, aguacate con maíz y trigo. Su población está integrada por 61 solteros, 98 casados, 4 viudos; 74 solteras, 98 casadas y 16 viudas, teniendo en total 351 habitantes, que no tienen industria ni comercio alguno”. Otro tanto sucede durante las luchas centralistas, federalistas, etc. Estos lugares eran los que Vicente Riva Palacio y los demás jefes del ejército del centro tenían como camino para transitar durante la intervención francesa y en sus alrededores se dieron varios encuentros de armas, como fue en Santa Ifigenia, una hacienda cercana a Zurumucapio, o en Taretan. Ya para la segunda mitad del siglo pasado, cuando se asentó en el poder el porfirismo, la paz impuesta por el dictador dio margen a que se buscara alternativas para el desarrollo de las entidades, no siempre de buena manera, sino aprovechando las influencias que se tenían ante las autoridades, quienes apoyaban sobre todo las inversiones extranjeras. En este caso encuentra la Compañía Nacional Maderera, S. A. que por la década de 1880 se dedicaba a la explotación maderera en la región, sobre todo por la llegada del ferrocarril a al entidad, para lo que se necesitaban durmientes para su ampliación, por lo que llevaban a cabo las talas de los montes de esta región. Las autoridades apoyaban estas actividades, por lo que se dieron leyes lesivas para las comunidades y sus propiedades, como fue la ley agraria de 1902 que emitió Aristeo Mercado, por medio de la cual desaparecía la comunidad indígena y sus bienes, para apoyar a explotación de los recursos naturales a través, sobre todo, de empresas extranjeras. En ese tiempo se concluyó el tramo ferrocarrilero de Patzcuaro Uruapan. Las minas y los ferrocarriles necesitaban madera y para ello, los primeros desmontes se realizaron entre Patzcuaro y Uruapan. Para 1901 la Compañía Nacional de Maderas tenía el aserradero de Las Palomas, en Tingambato y explotaba los bosques del mismo poblado, San Ángel y Comachuen, siendo su director el señor Santiago Slade. El aserradero había sido adquirido de manos de Domingo Navarrete, que por escritura de 12 de mayo de 1902, lo cede a la Compañía Nacional de Maderas, S. A., con todo y las concesiones para explotar los montes. Entre ellos, cedió los derechos de varios contratos, entre los que se encontraba el celebrado entre Juan Navarrete y los propietarios de los montes de San Ángel y cesión a Domingo Navarrete. Poco tiempo después, la Compañía Maderera Nacional, S. A., vendió sus acciones a Mexican Finance Company, que pronto se convirtió en una sorpresa de gran envergadura. En mayo de 1905, representada por Santiago Slade, adquirió por compra realizada a Francisco Aguilar, varios terrenos ubicados en el pueblo de Tingambato y otros en jurisdicción del municipio, entre los que se encontraba un terreno en medio hectolitro de sembradura de maíz, ubicado ene. Punto conocido como “camino o vereda de San Ángel”.

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