jueves, 17 de octubre de 2013

MOMENTOS DIFICILES EN LA PAREJA

Los seis momentos más difíciles en la vida de una pareja



La familia, ese grupo de personas que luchan juntos en la satisfacción de sus necesidades; la cual se inicia cada vez que dos seres humanos se unen con el compromiso de darse a sí mismos, a su pareja y a los que llegarán una nueva y satisfactoria vida.

La familia recién iniciada, tendrá que atravesar, como en un cuento de hadas, por incontables peligros…

Su recorrido atraviesa por una serie de difíciles momentos, como son los problemas que surgen en la búsqueda de una armonía sexual… O aquéllos problemas que se presentan en lo económico, por lo que será necesaria una ayuda mutua para aprender el papel de pareja y de padre o de madre, así como fortalecer la seguridad en sí mismos.

La verdad es que lograr esto requiere de su tiempo y no todos superan con facilidad los problemas que se presentan en cada uno de LOS SEIS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES EN LA VIDA DE UNA PAREJA.

EL DESPRENDIMIENTO… o lo que es lo mismo: Papá y mamá nunca tienen la razón.

Generalmente en la adolescencia, todo joven desea abandonar el hogar de los padres y salir en busca de un compañero fuera de su familia para iniciar así su vida en pareja…

Pero por otro lado, también existe una fuerza que les hace dudar. Los padres tienen aquí una influencia decisiva. Ellos pueden presionar para que el joven no se suelte de los lazos paternos, o bien, permitir que las cosas tomen su curso normal…

Y en ese curso normal, se idealiza a la pareja, que es en realidad el ingrediente esencias para que los jóvenes decidan desprenderse de sus padres, pero puede ser también ese motivo que provoque desilusión en muchas parejas que no alcanzan ciertas metas que ellos esperaban.

Pero claro que existen otro tipo de complicaciones… Nunca falta algún despistado que piense que su pareja le solucionará todos sus problemas personales o lo que podría ser peor: que uno de los dos se sienta tan efectivo que no solo piense en resolver los problemas de su pareja, sino hasta cambiarlo o reformarlo.

La intención puede ser buena, claro… pero los resultados tal vez no sean así… Lo fundamental en todo momento y principalmente en este, de  la elección de la pareja, consiste en una verdadera alianza de ambos.

EL ENCUENTRO, término muy adecuado para definir el segundo momento más difícil en la vida de una pareja.


Aquí habrá un intercambio más a fondo de lo que cada uno piensa acerca de las obligaciones y los beneficios que espera recibir del “matrimonio” en cualquier aspecto de sus vidas… algo así como un contrato.

Pero convivir juntos por vez primera es una situación desconocida de la cual no sabemos nada, excepto lo que vivimos en el seno familiar. Y son precisamente las experiencias vividas con los padres y hermanos lo que marcará el tamaño de nuestros deseos y necesidades con respecto a la pareja.

Y así sucede que a veces… mejor dicho… casi siempre, se presentan una serie de imprevistos que hacen más difícil la situación: Algunas ocasiones es tan sólo por ignorar que en la unión de una pareja las reglas del contrato es cuestión imprescindible. En otras, cuando los socios de la unión operan bajo dos contratos diferentes o lo que es lo mismo, dos personas totalmente distintas. Otros más se presentan cuando uno espera algo imposible del otro o la fantasía es tan ambiciosa, que sobrepasa con mucho a la realidad.


En resumen, un estira y afloja en el que pueden surgir poco a poco la desilusión, el resentimiento y el enojo, a menos que la nueva pareja logre crear con prontitud una nueva forma de vida… su propio sistema de vida.


LOS HIJOS…

Se dice que cada vez menos parejas se unen con el principal interés de tener hijos. Y muchos piensan que el sexo no requiere ya de una institución como el matrimonio.

Pero también se asegura que una buena y verdadera relación entre un hombre y una mujer termina con hijos… La verdad es que todo lo anterior no es tan importante como saber, o al menos imaginar, de qué manera va a influir en nuestras vidas el tener un hijo o una hija.


Y aunque hay a quienes no les queda más que aguantarse y esperar, lo ideal es planearlo y no desesperar.

Llegó por fin el momento esperado. Y ahora sí, a ambientarse se ha dicho… pero juntos como pareja… Que sea el pequeño ese anclaje que los mantenga unidos e interesados en la nueva familia…

De otra manera, el compañero al sentirse desplazado, puede buscar nuevos anclajes en el trabajo, en los deportes … o en otras actividades poco favorecedoras para la pareja… Además, habrá que reconocer que un bebé puede ser también esa energía que mueve al ser humano a través del tiempo. La famosa “torta bajo el brazo”… que no es más que la existencia de un verdadero y poderoso motivo de superación. La edad es lo de menos… pero mientras no haya quien nos eche la mano, habrá que jalar parejo…

Ambos deberán apoyarse y procurar el acercamiento e intercambio de experiencias nuevas con el nuevo miembro. Todo esto implicará el tener que rehacer el famoso contrato matrimonial con sus reglas.

Más adelante llegará la gran incógnita: ¿Cuántos niños podremos educar? ¿Cómo vamos a manejar nuestra sexualidad de manera responsable? La educación sexual y la planeación familiar jugarán aquí un papel primordial.


LA ADOLESCENCIA…
O algo así como: “¡Qué rapidito crecen los chamacos!!!”…

Ya habiendo pasado por la crianza y los menesteres que ello significa, los hijos llegan irremediablemente a la edad de la adolescencia. Esa etapa de todo muchacho en la que muchos padres “ya no sienten tanto lo duro, como lo tupido”…

Y como joven, no es difícil de entender porque finalmente todos hemos pasado por ese momento… pero vivirlo como padre o como madre es muy distinto… “Cuánta razón tenían papá y mamá”… ¿Verdad?... En algunos casos, los padres viven un verdadero conflicto durante esta etapa por la inseguridad que les provoca el ver a sus hijos llenos de juventud y atractivo…

En otros casos sucede al contrario: los padres no cumplen con las expectativas de los hijos y entonces son comparados con los padres de amigos, lo que puede provocar en algunos casos, un sentimiento de inseguridad en los adultos…



Definitivamente, las cosas ya no son como antes. Será necesario renovar ese dichoso contrato en el que serán muy necesarios el comportamiento maduro y la aceptación del cambio…

Y no estará de más hacer un poquito de memoria y recordar aquel momento en el que fuimos adolescentes y deseamos con tanta ilusión salir de casa para formar un nuevo hogar…

Cuando los hijos se van, la pareja adquiere un modo de vida distinto. Vuelven a estar solos, sí, pero con una experiencia de convivencia que antes no tenían.

EL RE-ENCUENTRO


Dicen que no hay quinto malo, pero esta etapa puede ser amenazadora… Los hijos ya han partido y los padres tendrán desde ese momento un nuevo reto qué enfrentar, ya que hay que adaptarse a cambios de gran importancia:
Habrá que aceptar a nuevos miembros de la familia, lo cual requiere readaptaciones difíciles.

La muerte de la generación anterior comienza a llevarse a muchos de los seres queridos.

En el caso de la jubilación, muchos no sabrán qué hacer con tanto tiempo libre. Puede convertirse en un verdadero problema. La capacidad física empieza a disminuir… los achaques hacen su primera aparición en el momento menos indicado.

Además el problema económico que pueden llegar a tener los hijos al iniciar una nueva familia, será preocupante para los padres…

Y como estos, muchos cambios más, propios de aquellos quienes pasan por la edad madura en camino a la vejez. Es también dentro de este momento, en el que aparecen los sentimientos de culpa por los grandes errores cometidos con los hijos principalmente.

¡Ah! Y buenas noticias: la sexualidad podrá seguirse disfrutando y enriqueciendo así la relación de la pareja.

Por otro lado, al placer que causa el haber ayudado a otra generación tal vez mejor que la de uno mismo, se une el nacimiento de los nietos con gran fuente de satisfacciones para los ahora abuelos. También será el momento propicio para cosechar el producto de una vida de intenso trabajo y producción.

Será necesario recordar lo olvidado. Volver a ser compañero y enamorado… como en el principio, como cuando se empezó a formar la familia…

LA VEJEZ


“En todos nosotros, en mayor o menor grado, existe el temor de llegar a ser viejos. Digamos que es casi tan fuerte como el temor de no vivir lo suficiente para llegar a serlo”. Esto es precisamente lo que hace de la vejez el sexto momento más difícil en la vida de una pareja.

No cualquiera aprecia las duras batallas a las que alguien se enfrenta día a día antes de adaptarse a los problemas que la edad representa. Uno de esos problemas llega cuando el compañero y la compañera, finalmente jubilados, regresan a casa para no salir más a trabajar. Se convierten automáticamente en invasores de los dominios del otro. Habrá entonces que establecer los espacios donde cada uno pueda funcionar independientemente y renovar así las reglas del contrato.


Otro de los problemas que a menudo se presenta es cuando los propios hijos impiden a sus padres tener una adecuada intimidad.

Y como este, algunos otros donde las personas de edad mayor son objeto de incomprensión de quienes les rodean.
La verdad es que nadie puede dejar de envejecer. Es mejor y más útil saber crecer, madurar y envejecer con todas las grandes cosas que solo los viejos han vivido.

Gracias a que tienes esta información, es más probable que recibas con menos sorpresas cada uno de los seis momentos más difíciles en la vida de una pareja que tú aún no hayas vivido.


Platícalo con tus amigos, con tus familiares, porque, estos seis momentos pueden ser las seis mejores etapas en la vida de cualquier ser humano.

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