"Es un término común utilizado en Latinoamérica para referirse al abandono de la escuela o dropout en inglés. Se trata de aquella situación en la que el alumno después de un proceso acumulativo de separación o retiro, finalmente, comienza a retirarse antes de la edad establecida por el sistema educativo sin obtener un certificado" CIUDAD DE MÉXICO. Uno de los mayores retos pendientes que se tienen en México en el ámbito de la educación es el relativo a la llamada “deserción escolar”, término que, de inicio debería ponerse en tensión; en efecto, es tal la complejidad que está detrás de cada decisión de dejar de estudiar, que resultaría imprudente asumir que se trata de una actitud de “irresponsabilidad” o simple “abandono” de parte de las y los jóvenes que dejan de asistir a clases. Desde esta perspectiva, sería deseable que la Secretaría de Educación Pública (SEP) modificara el concepto ya que, asumido de manera estricta, resulta incluso estigmatizante y discriminatorio para aquellas y aquellos jóvenes que se han visto obligados a no concluir los estudios de educación media superior. De acuerdo con los datos del Censo de Población y Vivienda 2010, en México había en ese año un total de 822 mil 563 adolescentes entre los 15 y los 17 años de edad. De ellos, no asistían a la escuela 269 mil 441, es decir, 30.5%. Debe destacarse que la inasistencia al bachillerato es mayor entre los hombres que entre las mujeres, pues de los 443 mil 423 adolescentes del sexo masculino contabilizados en 2010, había 140 mil 850 que no estaban inscritos en el nivel de educación media superior, dato equivalente al 31.8% de ellos. Por su parte, de las 439 mil 140 mujeres en edad de asistir al bachillerato, el Censo de 2010 contabilizó a 128 mil 591 que no tenían la oportunidad de hacerlo, cifra equivalente a 29.3% de las adolescentes en edad de estudiar la educación media superior. Los estados con menor asistencia En todo el país hay 17 entidades que tienen índices de inasistencia al bachillerato superior a la media nacional. La peor situación encuentra en Michoacán, en donde 45.1% de las y los adolescentes que en 2010 estaban entre los 15 y los 17 años de edad no asistían a la escuela. En segundo lugar se encuentra Guanajuato, con un 41% de inasistencia en el grupo de edad señalado, en el 2010; en tercer sitio está Chiapas, con un 39.8%; le sigue en cuarto sitio Zacatecas con un 39% y en el quinto peor lugar se encuentra el estado de Guerrero, con un 36.9% de inasistencia. Otras entidades con promedios superiores al nacional son: Jalisco, Durango, Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Hidalgo, Morelos y San Luis Potosí. El drama de la deserción En el año 2012 se presentaron los resultados de la Encuesta Nacional sobre deserción en el nivel medio superior. En ella se establece que hay al menos dos indicadores fuertemente relacionados con el de la deserción escolar. El primero de ellos es el relativo a la eficiencia terminal, es decir, el número de alumnas y alumnos que terminan el ciclo completo de la educación media superior, respecto del número que ingresaron en un determinado ciclo escolar. En ese sentido, México tiene uno de los niveles más bajos de eficiencia terminal entre los países de la OCDE, en donde la media es de 68%; en contraste, para nuestro país el porcentaje alcanza únicamente 52%. Debe destacarse que la eficiencia terminal es mayor en las mujeres que entre los hombres, al registrarse una tasa de 55% para ellas, y de 48% para ellos. El segundo indicador relacionado con la deserción es la tasa de graduación, es decir, el porcentaje de alumnas y alumnos.
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