CATEDRAL NUESTRA
SEÑORA DE LA ASUNCIÓN (APATZINGÁN)
“NUESTRA HISTORIA,
TERCERA PARTE”
Casa en donde se reunió el Primer Congreso Mexicano en Apatzingán |
Durante el porfirizo
viene un nuevo auge para Apatzingán en todos los sentidos, cambió el título de
Villa de la Constitución adquirido en 1859 pro el de Ciudad de Apatzingán de la
Constitución de 1814 el 21 de abril de 1883 y desde allí se asigna como fiesta
cívica el 22 de octubre de cada año.
Nuevas construcciones
surgían por todos lados así como mejoras a la ciudad, así el “templo dedicado a
la Asunción de la Virgen María, de construcción alargada, estrecha, orientada
de oriente a poniente, con techo de teja y cielo decorado. La torre que
sostenía al campanario tenía unos doce metros de altura y había sido
parcialmente derribada por un sismo a fines de siglo; con el nombramiento del
nuevo Párroco José María Hernández en 1893, se comenzó la construcción misma
que terminó el Sr. Cura don Espiridión Nárez en 1907 en la que fueron colocadas
nuevas campanas de fino sonido y un reloj de pesas que anunciaba con agradable
tintineo sus campanillas los cuartos, medias y horas enteras. El material
empleado en la construcción fue la cantera, extraída de los terrenos llamados
El Chorrito, situados sobre el camino viejo de herradura que conducía a
Parácuaro.”
Durante este periodo
había una escuela pública atendida por cuatro maestros, dada la población de
Apatzingán de 2, 875 habitantes, eran pocos, ello nos habla de bajo nivel de
escolaridad en la ciudad. Durante este periodo había sólo cuatro protestantes y
dos ateos.
Esta prosperidad se
vio truncada en 1911 por “el vaivén de los grupos revolucionarios que alteraría
las formas de vida, ataques amados, saqueos al comercio, préstamos forzosos e
incendios” fueron notas características del nuevo periodo, “Miguel Villaseñor y
Cenobio Moreno que se había levantado en armas en Parácuaro, en los últimos
días de abril, tras de expedicionar por algunos puntos de la región, se
presentaron en la Ciudad, la cual ocupan sin resistencia alguna, el 11 de mayo
de 1913. Después de obtener algunos recursos para continuar la lucha,
abandonaron la población dirigiéndose hacia Buenavista Tomatlán.”
Durante este periodo
fue párroco el Pbro. José Loza, hermano del General huertísta Ángel Loza, quien
tuvo como vicario al Pbro. Jesús Barragán. Sacerdotes que, fieles a su
ministerio pastoral, asistieron sin temor alguno a los moribundos en las calles
cuando aún no terminaba el combate y la amenaza de incendiar el templo, esto
traerá como consecuencia el traslado del
Sr. Cura Loza, en primer lugar para cuidad de sus salud y posteriormente para
cuidad de su vida.
En su relevo vendrá,
en 1914, el Sr. Cura Gumersindo González, varón santo y sencillo que hizo mucho
bien a sus fieles; era tan compasivo, que hasta las mismas prendas de vestir,
las daba a los pobres que encontraba en la calle. Sufrió mucho por los desmanes
de los revolucionarios, y murió en Parácuaro, Mich. En 1917. A instancias del
Teniente Coronel José María Tafolla, que se encontraba de comandante en esta
Plaza, fue traído su cuerpo, y se le dio sepultura en el atrio parroquial.
En 1915 llegó el
Pbro. J. Jesús Barragán Orozco, sacerdote abnegado, con un gran celo pastoral y
entrega completa a la salvación de sus fieles; tenía 25 años cuando llegó a
esta Parroquia. Aquí gastó su juventud y fue muy querido por sus fieles a
quienes trataba con mucha caridad y quien fue sucedido en 1922 por el Pbro. Jesús
Pimentel.
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