En la entrada anterior, hablamos un poco acerca de la práctica docente en un aspecto utópico y lo que viene a ser la práctica en el aula de clases, en el que nos topamos a un sinfín de situaciones, mismas que modifican lo aprendido en los libros de texto o lo sugerido por el programa escolar.
Nos quedamos en la interrogante: "¿Calidad o cantidad?", ello refiriéndonos a la hora en que se observa un grupo en el que los alumnos muestran un desempeño académico dispar. Claro que lo que se ofrece aquí es sólo un ejemplo. Al igual que el número de alumnos; asimismo habrá también casos en los que las cosas salgan de manera satisfactoria. Lo que si es verdad, es que se trata de un ejemplo real, por ridículo o fantasioso que parezca .
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Y es entonces cuando replanteamos nuestro objetivo. ¿Nos regresamos? ¡No! pero entonces nos cumpliría con el programa -pensamos. ¿Seguimos adelante con el programa, entienda quien entienda y dejamos de lado las carencias que traen arrastrando los alumnos? -¡No! en ese caso la clase sólo sería para unos cuántos, además dicen que nos van a evaluar con pruebas hacia los alumnos -Nos asalta la idea.
Y así podemos dar una lista de preguntas y respuestas que el profesor realiza a manera de soliloquio interno. Total que la pobre persona empleada para ofrecer y guiar en cuanto a conocimientos a sus alumnos decide hacer un collage de paradigmas educativos y otro más que abarca el programa ofrecido por la SEP y uno propio enfocado a las necesidades de los alumnos.
Que si la escuela y la comunidad no tiene acceso a internet y el libro aconseja la consulta de tal o cual página, entonces el docente, si tiene las posibilidades buscará la información en la misma para llevarla a sus alumnos.
Ya impresa a la otra mañana la lleva a sus queridos alumnos, él ha planeado la dinámica de corrillos (por ejemplo), pero éste también se puede enfrentar a que olvidó a que no hay copiadora en la escuela y quizás tampoco haya luz en la escuela (sé que parece negativo el asunto, pero lo malo es que no, que ha sucedido y sucede en el diario educar) y que el único lugar cercano donde "sacan copias" está cerrado.
Y... una vez más hay que replantear la estrategia a sus alumnos, el plan se ha echado abajo, pero existen otras técnicas de estudio, por lo que ha de usar las de "antes". Ello puede significar otro atraso más en el programa, pero total que el profesor ha salido airoso por esta ocasión: es muy astuto.
Entre los collages que realizó y su aplicación a los alumnos, finalizó el ciclo y hace un balance entre la manera en que recibió a los alumnos y el cómo despide el año escolar. Han avanzado -piensa-, pero no como se cree en las cúpulas educativas.
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