A FINAL DE CUENTAS UNA MISMA CULTURA (PARTE I)
“Estamos en plena cultura del envase. El contrato de
matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más
que el cuerpo y la misa más que Dios.”
Eduardo Galeano
Así pues,
también ha creado el término cultura para sentirse parte de la misma. Pero, a
estas alturas del supuesto desarrollo humano, qué no se ha dicho ya de la
cultura. Si empleamos el término para tantas cosas, que se ha vuelto una
palabra al gusto de los que hacen o de quienes destruyen a lo que llamamos
cultura.
Sahuayo padece de “culturitis”, entendiendo por éste término,
la existencia de diferentes culturas que destruyen y crean a la vez una sola
cultura compartida curiosamente con la cultura humana en general.
Pues bien,
partiendo de la ideología dominante, o mejor dicho, de la cultura dominante que
existe en esta ciudad, hecha cultura de la sociedad entera, contiene su propia
negación. Lleva en sus entrañas los embriones de otras culturas, que son a la
vez herencia de una larga cultura heredada y reformada a cada día que pasa en
la historia de los días de esta ciudad. Es por eso que esta cultura dominante
que tenemos en Sahuayo, actúa como cultura dominada, porque dominada desde
afuera y desde adentro está la cultura de los Sahuayenses. Dominada desde
afuera por los burgueses del Estado invisible que dictaminan las pautas de
acción para esta ciudad y desde adentro por los manipulados manipuladores que
ejercen una cultura de ciencia ficción en la que sólo por ratitos se está bien
y cuando el solo se mete todo vuelve a
la oscuridad de la injusticia, la pobreza y el miedo.
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