viernes, 7 de marzo de 2014

LA CULTURA

A FINAL DE CUENTAS UNA MISMA CULTURA (PARTE I)

“Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios.”

Eduardo Galeano

         
   ¿Qué es lo realmente esencial en una cultura?, ¿La cultura misma? O ¿el alma de la cultura? Al ser humano siempre le ha gustado bautizar todo lo que inventa o crea. Conceptualiza y clasifica todo como si se tratara de etiquetar toda la naturaleza como se hace con la mercancía en un supermercado. Hasta él mismo se ha denominado “persona” y hasta el surrealista nombre de “ser racional” en un mundo irracional.


            Así pues, también ha creado el término cultura para sentirse parte de la misma. Pero, a estas alturas del supuesto desarrollo humano, qué no se ha dicho ya de la cultura. Si empleamos el término para tantas cosas, que se ha vuelto una palabra al gusto de los que hacen o de quienes destruyen a lo que llamamos cultura. 

Sahuayo padece de “culturitis”, entendiendo por éste término, la existencia de diferentes culturas que destruyen y crean a la vez una sola cultura compartida curiosamente con la cultura humana en general.

            Pues bien, partiendo de la ideología dominante, o mejor dicho, de la cultura dominante que existe en esta ciudad, hecha cultura de la sociedad entera, contiene su propia negación. Lleva en sus entrañas los embriones de otras culturas, que son a la vez herencia de una larga cultura heredada y reformada a cada día que pasa en la historia de los días de esta ciudad. Es por eso que esta cultura dominante que tenemos en Sahuayo, actúa como cultura dominada, porque dominada desde afuera y desde adentro está la cultura de los Sahuayenses. Dominada desde afuera por los burgueses del Estado invisible que dictaminan las pautas de acción para esta ciudad y desde adentro por los manipulados manipuladores que ejercen una cultura de ciencia ficción en la que sólo por ratitos se está bien y cuando el solo se mete  todo vuelve a la oscuridad de la injusticia, la pobreza y el miedo.

           
La cultura popular de Sahuayo no consiste solamente en sus tradiciones típicas, que por lo demás, tiene en algunos casos una estabilidad vernácula dudosa. Y sí, en efecto, esto crea una multiculturalidad porque dentro de una misma cultura convive la cultura del terror, la cultura de la desigualdad, la cultura del hambre, la cultura del desempleo, la cultura del libre comercio (por no decirle “del narco menudeo”) y la cultura festiva de nuestras coloridas y analgésicas conmemoraciones de todo tipo.

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