MORDERSE LAS UÑAS
• ¡El acto de morderse las uñas es
castración de la propia agresividad! La persona que se muerde las uñas tiene
miedo de su propia agresividad y por ello, simbólicamente, destruye sus armas.
Mordiendo se descarga parte de la agresividad, pero no la dirige exclusivamente
contra sí mismo: uno se muerde su propia agresividad.
LOS ACCIDENTES
• Nosotros no buscamos los accidentes, del
mismo modo que no buscamos las «enfermedades» y nada nos hace desistir
de utilizar cualquier cosa como «causa». Sin embargo, de todo lo que nos pasa
en la vida los responsables somos nosotros. No hay excepciones, por lo que vale
más dejar de buscarlas. Cuando una persona sufre, sufre sólo a sus propias
manos (¡lo cual no presupone que no sea grande el sufrimiento!). Cada cual es
agente y paciente en una sola persona. Mientras el ser humano no descubra en sí
a ambos no estará sano. Por la intensidad con que las personas denotan al «agente
externo», podemos ver en qué medida se desconocen. Les falta esa visión que
permite ver la unidad de las cosas.
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