viernes, 7 de marzo de 2014

LA CULTURA (SEGUNDA PARTE)

COCTEL DE CULTURAS (PARTE II)



Este coctel de culturas son las que realmente caracterizan a nuestro pueblo, todas estas culturas juegan y conviven entre sí para dar una posibilidad a la esperanza de que la ignorancia sea el velo que cubre esta cultura, y la disfrace de fiesta y estabilidad sociocultural. Pero qué podemos esperar de una cultura que minimiza sus propias raíces y las condena a los tiempos de fiesta en donde los incultos venden flores o hierbas que siembran y cortan con sus propias manos o que en dado caso la naturaleza les regala y no es porque la roben, sino porque es la única que les otorga el privilegio de no pagar impuestos por lo que venden a la cultura dominante que llama “indios” o “Marías” a los hombre y mujeres que cargan en su reboso una cultura del desprecio y la marginación junto a sus hijos que también tienen cabida en el mismo espacio.

           
Pero no es de sorprender que la interacción de estas culturas genere nuestra identidad incierta. Si de por sí hoy en día da miedo salir a la calle y apreciar la cultura de la muerte, de los militares o policías armados hasta los dientes. Es por eso que en Sahuayo las relaciones interculturales son de todos los días y los segundos. En las escuelas, se enseña la teoría sociológica de la cultura, en la calle se vive la contradicción y la desesperanza que la teoría nunca explicó. En las aulas se habla del respeto entre culturas y en la calle la ofensa adorna los saludos de los pobladores. El maestro pregona la igualdad entre los miembros de una cultura y en las calles los pobres se mueren de hambre o de una bala que cuesta más que lo que comen al día. 

            Sin embargo no todo es un infierno como se piensa, la lingüística también tiene su parte en esta cultura. Es evidente que el bilingüismo existe en esta ciudad. Unos hablan la lengua de los ricos y otros la lengua de los pobres. Los bilingües por necesidad y naturaleza sienten vergüenza de hablar su lengua natal porque como viven dentro de la cultura dominante, jamás serán entendidos. Pero cosa curiosa es que aun hablando la misma lengua, los pobres, los enfermos, los nadie, nunca son entendidos; pareciera que hablaran una lengua que jamás podrá ser descifrada por la lengua dominante.  Y para coronar esta fiesta de lenguas, a los pobres se les imparte clase de inglés en la educación básica porque la cultura dominante considera que esa lengua es la llave para abrir el universo y tener acceso a la verdad.

            Así de pintoresca es mi cultura. No me siento desdichado de ella ni mucho menos arrepentido. Soy sólo una célula de esta cultura que me ha dado la oportunidad de aprender que hoy en día es más importante hablar de la diversidad cultural, la interculturalidad, el bilingüismo y otras cosas que de la unión de un ser humano con otro sin distinción de color de piel, forma de hablar, de pensar o de ser. Al fin y al cabo tan sólo somos víctimas de una cultura secuestrada que algún día, descubrirá la verdadera historia de los que no ganan, de los que no escriben la historia, pero que sí hacemos la cultura.


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