Si por tu trabajo, por el
invierno o por cualquier otra razón tus manos están ásperas y necesitas un
exfoliado de urgencia, hoy te traigo la receta de uno para devolverle a tus
manos toda la suavidad que merecen. Este exfoliante casero es muy fácil y rápido
de hacer. Simplemente hay que mezclar aceite de almendras dulces con azúcar
blanco. La proporción es de cuatro cucharadas soperas de aceite por una de
azúcar.
Aplícalo una vez a la semana, con
un masaje circular, haciendo hincapié en las zonas más conflictivas como los
nudillos o en las durezas o asperezas que puedas tener. Aclara bien con agua
fría.
Después aplícate sobre las manos
secas una buena capa de crema hidratante. El resultado se nota al instante, la
piel de las manos se ha despojado de las células muertas y está mucho más suave
e hidratada. Manos listas para acariciar. Yo lo he probado en los pies y el
resultado también es estupendo.
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