LOS MODELOS DEL ÉXITO
El mundo al revés premia al
revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de
escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian la naturaleza: la
injusticia, dicen, es la ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros más
prestigiosos del cuerpo docente, habla de «la tasa natural de desempleo». Por
ley natural, comprueban Richard Herrstein y Charles Murray, los negros están en
los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus
negocios, John D. Rockefeller solía decir que
la naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un
siglo después, muchos dueños del mundo siguen creyendo que Charles Darwin
escribió sus libros para anunciarles la gloria.
El mundo al revés nos enseña
a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de
escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el
crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen son obligatorias
las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay
desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no
busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.
E. Galeano
Érase una vez que un mundo muy lejano, los habitantes de ese planeta protestaban efusivamente por la liberación de uno de los delincuentes más peligrosos de ese planeta. Preferían al amado infractor que a sus justos gobernantes y para muchos ciudadanos ese malhechor representaba algo más que un héroe. Era casi un Dios...Lo bueno de todo es que ese planeta está años luz del nuestro.
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