VALORES
PARA UNA EDUCACIÓN EMPRENDEDORA
Hoy en día, necesitamos una educación,
impartida por todos los sectores de la sociedad, que forme jóvenes
emprendedores y no seres pasivos que vivan en una sumisión antipersonal.
Toda vida y empresa humana tienen permanencia y éxito
gracias a una serie de valores que rigen su actividad. (Roberto. Servitje)
Es necesario que en toda Institución se enseñen y promuevan
los valores humanos para aspirar a una vida de mayor calidad y trascendencia.
Por el contrario, la ausencia de valores hace patentes los vicios en la
sociedad.
He aquí algunos valores necesarios para una educación
emprendedora:
HONESTIDAD:
La
integridad el hombre se mide por su conducta, no por su profesión (Juvenal). La
educación tiene que estar orientada a formar jóvenes con rectitud de vida, es
decir, jóvenes que vivan en conformidad con los verdaderos principios o la sana
razón. “Quien no transa, no avanza”, reza una frase popular, pero,
lamentablemente, es la filosofía y el modo de actuar de muchos. La honestidad
de los jóvenes empieza con la honestidad de todos aquellos que tienen la misión
de educar: padres, maestros, etc.
RESPONSABILIDAD:
El
precio de la grandeza es la responsabilidad. La educación debe ayudar a la
persona a vivir bien una libertad responsable. El joven tiene que sumir las
consecuencias de sus actos con madurez, y, para lograr esto, la responsabilidad
les ayuda a toar las decisiones adecuadas y a llevar las empresas encomendadas.
LIDERAZGO:
He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguid el éxito. (Michael Jordán).
Necesitamos jóvenes que posean una gran capacidad de comunicación y que
orienten sus expectativas hacia metas altas; jóvenes con una habilidad
necesaria para crecer ellos mismos y contribuir al crecimiento de los demás. La
educación debe favorecer que los jóvenes pongan y desarrollen su carisma
personal al servicio de la sociedad, es decir, sean líderes, que tomando en
cuenta los valores morales, influyan positivamente en la historia de la
humanidad, realizando todas las acciones posibles en favor de la persona
humana.
ESPÍRITU
EMPRENDEDOR: Los hombres emprendedores se
caracterizan por ser personas con una
gran motivación al momento de emprender una acción; y no sólo son personas
motivadas sino motivadoras, es decir, saben contagiar a los demás de ese
impulso e ímpetu para lograr algún determinado objetivo. También se
caracterizan por saber aprovechar el momento oportuno para actuar, aunque todo
esté en contra. El emprendedor tiene fuerza interna que afronta con ánimo
cualquier obstáculo, e incluso, cualquier fracaso.
INNOVACIÓN:
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas (Albert Einstein). Una persona
innovadora posee agudo sentido de la sorpresa, por lo que se le facilita agregar
cosas nuevas a lo establecido. Pero no se queda solo con el mero aporte de
nuevas ideas, sino que las lleva al campo de lo real. La frase “Innovar o
morir” describe a quien ha sido educado a emplear su creatividad para que las
cosas y las Instituciones sirvan con mayor calidad a la humanidad.
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