ERECCIÓN DE LA
DIÓCESIS DE APATZINGÁN
Primera Parte
Era un 19 de marzo fiesta del
Patriarca San José cuando el entonces delegado Apostólico don Guillermo Piani
expresa su deseo, después de haber estudiado la geografía y las estadísticas
del País, de erigir nuevas diócesis; la razón fundamental era lo muy extenso de
algunas diócesis y por ello el inadecuado servicio a algunas comunidades que
habían crecido demasiado en los últimos años.
Otra razón “muy de tenerse en
cuenta es la del número de sacerdotes y de alumnos del Santuario. En México la
cuestión de las vocaciones eclesiásticas y de los Seminarios es de vital
importancia. Muy poco aumenta el número de sacerdotes, si consideramos la
necesidad de establecer la cura de almas sobre la base de las necesidades
espirituales de nuestros poblados, de la eficacia de las organizaciones
católicas, de la difusión de la instrucción catequística, de las misiones en
las haciendas y rancherías, de acción intensa contra la propaganda protestante,
etc. No cabe duda que la erección de nuevas diócesis contribuirá eficazmente al
incremento de la vida cristiana, al establecimiento de nuevos seminarios, al
aumento de sacerdotes” (Carta enviada el 19 de marzo de 1955).
Después de haber estudiado el
caso el obispo de Tacámbaro, don Abraham Martínez quien proponía a Apatzingán
como sede con doce parroquias de Tacámbaro y don de Colima (Jilotlán y
Ahuijullo). También como sede a Uruapan por tres razones fundamentales:
a) “Hay en Uruapan mayor cantidad
de personas, mejor preparadas para formar los Comités Diocesanos de la Acción
Católica.
b) Están en Uruapan las imprentas
en donde se imprimen los periódicos que aparecen en Apatzingán.
c) Los masones, protestantes y
comunistas no tienen sus centros directivos en Apatzingán sino en Uruapan, lo
cual indica que de allí se les facilita más hacer su propaganda” (Carta enviada
el 6 de mayo de 1956).
Sin embargo el entonces delegado apostólico
Luigui Raimondi respondió que la Sede de la Nueva Diócesis le parecía más
oportuno fuera Apatzingán ya que “es como centro natural de la zona de Tierra
Caliente y que además presenta condiciones suficientemente desarrolladas para
ser Sede digna de una diócesis”.
Para ello le pidió un mapa,
número de habitantes, instituciones, lugar de la futura catedral, número de
sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas y por último los recursos con
los que podría contar el Obispo para el sostenimiento de la Nueva Diócesis”
(carta del 16 de febrero de 1957).
No hay comentarios:
Publicar un comentario