martes, 22 de octubre de 2013

EL CLERO CALETANO DURANTE LA INDEPENDENCIA


Durante la segunda mitad del siglo XVIII estuvieron llegando a la Nueva España las ideas de la Ilustración, de moda en Europa. En Michoacán el entonces deán de la Catedral de Morelia y futuro obispo de Quito, don José Pérez Calama entonces gobernador interino de la diócesis, junto con el tesorero de la catedral, dos canónigos y 24 socios más se inscribieron en la “Sociedad Vascongada de Amigos del País” en 1780, y  para 1783 se inscribieron 27 nuevos socios, de la que recibieron no sólo ideas filosóficas sino de agricultura, ganadería, en fin, de la ciencia del tiempo, mismos que propusieron a su llegada a Fray Antonio de San Miguel Iglesias. Ellos llevaron a cabo dichas ideas con la construcción de canales de riego en el Bajío y en el Valle de Apatzingán para hacer frente a la crisis agrícola del tiempo, y, en fin a la crisis alimentaria. Tal proyecto trajo problemas en el cabildo eclesiástico de Catedral y se dividieron en dos grupos, pero ante los buenos resultados obtenidos tuvieron que ceder y el florecimiento de las “nuevas ideas” comenzó el auge.


El problema se reavivó cuando en 1789 estalló la “Revolución Francesa” y se comenzaron a ver dichas “ideas” como una amenaza contra la paz y la Inquisición comenzó a prohibir libros, sin embargo el obispo estaba convencido de ello y llevó a cabo una renovación de la formación en el Colegio de San Nicolás y en el Seminario Tridentino de Valladolid, y, más aun, tomó un proyecto de gobierno que editó en un documento de 29 fojas que llevaba el título de Instrucción Pastoral... que dirigió a todos los miembros de la Iglesia secular en Michoacán, con el que pretendía llevar a cabo la reforma en materia de disciplina eclesiástica y de moral dirigido al cuidado de la moral y a la adopción de actitudes político-temporales. Para ello creo las “conferencias semanarias” en las que todos los clérigos debían reunirse todos los jueves para recibir instrucción, asimismo el seminario debía renovar su método de enseñanza encargado a don Miguel Hidalgo rector del Colegio de San Nicolás. Estas conferencias seguramente sirvieron para que los eclesiásticos intercambiaran ideas sobre los sucesos en Europa: La Revolución Francesa, la invasión de Napoleón a España, etc.




 Esta misma división trajo consigo que durante el período de la independencia algunos clérigos apoyaran al movimiento insurgente como el párroco de Apatzingán quien apoyó al cura Morelos en su arribo a la Ciudad donde se firmó la Constitución de Apatzingán el 22 de octubre de 1822, y algunos que permanecieron neutrales para evitar problemas entre sus feligreses ya que en este tiempo había varias familias de españoles en esta región. Es cierto que esta Región durante este periodo va a experimentar una serie de guerra de guerrillas. En el periodo de 1817 a 1821 las fuerzas comandadas por Gordiano Guzmán controlaban desde Tepalcatepec hasta Coahuayana y durante este periodo los eclesiásticos tendieron a escoger como sitios de refugio lugares cercanos a los sitios a donde estaban adscritos: el encargado de la parroquia de Tepalcatepec pasó a Tancítaro, por ejemplo. Además que la incertidumbre y el miedo estaban al orden del día se dieron algunos incendios de curatos como el de Santa Ana Amatlán, lo mismo que de Pinzándaro donde se perdieron los archivos parroquiales.

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