HISTORIA DE LA ERECCIÓN DE LA DIÓCESIS
DE MICHOACÁN
El Obispo de Michoacán fue
erigido canónicamente por la bula de Paulo III “Illas fulciti praesidio” de 8
de agosto de 1536.
“El emperador Carlos V, después
de haber erigido las diócesis de Puebla, México, Oaxaca, (Yucatán), decidió que
a cada obispado se le darían 151 leguas (75 km) alrededor de su sede y el
territorio sobrante entre una y otra se repartiría por mitad entre ellas”.
La bula de erección designaba al
pueblo de Tzintzuntzan como capital de la nueva sede episcopal y su iglesia de
San Francisco en catedral. Pero, en realidad, ciudad y catedral estaban todavía
“por hacerse”, “todo de nuevo”, porque este ya había sido abandonado por los
franciscanos por falta de agua.
Vasco de Quiroga buscó cambiarla
de lugar, y él mismo, que conocía bien el lugar puesto que ya había visitado en
1533-1534 siendo oidor, escogió el barrio de Pátzcuaro, antiguo y renombrado
centro religioso de los tarascos, para fundar en él la catedral y ciudad de
Michoacán.
Y como en la ciudad de Michoacán
había dos iglesias de San Francisco, puso por titular a la catedral el de San
Salvador. No hubo, pues, cambio de sede, que siguió siendo la ciudad de
Michoacán, sino sólo de Iglesia catedral y de ésta en todo sentido fue aprobado
por el Emperador y en 1539 lo confirmó el papa Julio III en 1550.
Sólo disintieron algunos de
tzintzuntzan, los cuales después de muerto don vasco aprobaron juridicialmente
en 1567 lo que nunca había estado a discusión, que Tzintzuntzan era “cabecera de toda la provincia de Michoacán” cuando
vinieron los españoles; y en 1593 obtuvieron para Tzintzuntzan el título de
ciudad y so exención de la jurisdicción de Pátzcuaro.
La sede del obispado no duró en
Pátzcuaro más que 42 años: “por San Pedro del año ochenta”, y con la real
cédula respectiva, el tercer obispado, don Juan de Medina Rincón OESA, la
trasladó a Valladolid, sede definitiva de la diócesis.
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